Ingredientes para elaborar el cóctel Manhattan con Vermouth Yzaguirre

  • YZAGUIRRE ROJO RESERVA
  • WHISKY BOURBON
  • ANGOSTURA
  • CEREZA AMARENA

Paso a paso para elaborar el cóctel Manhattan con Vermouth Yzaguirre

  1. En un vaso mezclador con mucho hielo mezcla una parte de Vermouth Yzaguirre Rojo Reserva con dos partes de un buen whisky bourbon o seco.
  2. Añade 3 golpes de Angostura y remuévelo durante 20 segundos hasta que la mezcla este bien fría.
  3. Cuélalo en una copa, perfuma con twist de naranja y añade una cereza amarena o maraschino para endulzarlo ligeramente.

TIP: Transfórmalo en un Rob Roy sustituyendo el bourbon por un whisky Scotch de malta. TIP 2: Si te resulta muy amargo o fuerte, puedes añadir un chorrito de licor de cerezas.

Historia del cóctel Manhattan

El Manhattan fue el cóctel más famoso del mundo poco después de que fuera inventado en el Manhattan Club de la ciudad de Nueva York, alrededor de 1880 (según cuenta la historia). A lo largo de los años, el clásico del whisky ha pasado de moda antes de encontrar su lugar como una de las piedras angulares del renacimiento de los cócteles artesanales. Sorprendentemente, la bebida que los miembros de la alta sociedad se llevaron a los labios en el siglo XIX se ve y sabe más o menos igual que la que se sirve hoy en cualquier bar de copas decente. La mezcla de Manhattan de whisky americano y vermú italiano, amenizada con algunos toques de amargos aromáticos, es atemporal y sabrosa, la definición misma de lo que debería ser un cóctel. Las primeras versiones requieren centeno, con su perfil más picante y afilado. Los puristas afirman que no es un Manhattan sin él, pero ¿quién se ha divertido bebiendo con un purista? Descubrimos que el bourbon crea una bebida hermosa, aunque más suave. Y aunque los amargos de Angostura son imprescindibles en cualquier variación, una sola pizca de amargo de naranja ayuda a iluminar los bordes del cóctel, uniendo el whisky y el vermú a la perfección, mientras que la guarnición de cereza con brandy le da un toque de dulzura. A pesar de todas las cualidades inexpugnables de Manhattan, los camareros y bebedores emprendedores todavía han encontrado formas de modificar la receta en innumerables variaciones. Si divides el vermú entre dulce y seco, obtienes el Manhattan perfecto. Si cambias las proporciones para que el vermut sea la estrella, habrás provocado un Manhattan inverso.

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